Me encantó mi estadía en el Old No. 77. El hotel tiene mucho carácter, con una estética rústica-industrial que se siente auténtica y acogedora a la vez. Las habitaciones estaban limpias, cómodas y bien decoradas, y el personal fue muy amable durante toda la estadía.
Uno de los mayores aciertos fue su ubicación: está perfectamente situado, a pasos del French Quarter, pero lo suficientemente alejado para no estar en el bullicio constante. Desde el hotel, todo estaba a una caminata corta: restaurantes locales con opciones saludables y deliciosas, bares con música en vivo, el paseo por el río Mississippi, y hasta paradas del tranvía. En menos de 10 minutos a pie llegamos a lugares icónicos como Bourbon Street, Frenchmen Street, el Mercado Francés y el Warehouse District con sus galerías y museos.
Realmente es un hotel ideal si quieres explorar la ciudad a pie, sin depender tanto del carro. Volvería sin duda.