El hotel es bonito, moderno y muy limpio. Lamentablemente, el servicio al cliente no estuvo a la altura. Al llegar a las 11 a.m., la recepcionista no saludó ni mostró amabilidad. Ya sabía que el check-in era a las 3 p.m., pero esperaba poder dejar las maletas sin problema. Tuve que pedirlo yo misma, sin que ella ofreciera ayuda ni una bienvenida.
Al día siguiente, el desayuno fue otra decepción. Aunque se sirve hasta las 10:30, bajamos a las 9:50 y ya casi no había comida. Tardaron 20 minutos en reponer lo más básico. Una pena, porque el lugar tiene potencial, pero la atención necesita mejorar mucho.