Al hospedarte en un hotel que en Expedia evalúa satisfactoriamente uno encontrará, al menos, un mínimo de comodidad y atención pero no es así.
La experiencia fue bastante mala desde el inicio.
Al llegar entramos a uno de los patios traseros del hotel donde se celebraba una fiesta bastante ruidosa y debimos abrirnos paso entre los asistentes para llegar a la recepción.
Nos asignaron habitaciones y al dirigirnos a ellas el bell boy nos indicó que se encontraban justo en la zona de la fiesta por lo cual tuvimos que regresar a solicitar un cambio.
Al solicitar el cambio, la recepcionista se molestó, pero accedió.
Al llegar a la habitación detecte un olor a cañería en el baño, luego intentamos encender el aire acondicionado el cual comenzó a gotear agua profusamente. Lo apagamos y lo reportamos a recepción. Enviaron a mantenimiento y aseguraron que lo había arreglado pero al regresar a la habitación encontramos un charco que llegaba a media recámara.
Durante toda la estancia seguimos reportandolo y ellos acudían sin resolver el problema ni brindar alternativas.
Considerando que la ciudad tenía ocupación alta por la feria regional, no pudimos cambiarnos de alojamiento.
En el restaurante los alimentos son bastante sosos, sin presentación ni gusto excepcional.
Prometen estacionamiento pero llevan los autos a un estacionamiento lejano y se tardan hasta más de 20 minutos en traerlo a la puerta del hotel.
El wifi y la televisión nunca funcionaron.
Una muy mala experiencia