Es un lugar de hospedaje pequeño, bien cuidado, con muchos detalles positivos, pero en ambiente rústico. Había poca gente por lo que la alberca fue casi privada, y a pesar de ser muy pequeña, la disfrutamos. El desayuno que ofrece es básico, de comida local y no hay opciones, se sirve como un menú para todos. Está a pocos metros de la playa. Los encargados se esfuerzan en la atención, sin embargo hubo un problema con la reservación que hizo que mi estancia ya no fuera cómoda. Yo reservé una habitación con 3 camas, así hice mi reserva y pagué lo que correspondía según la aplicación, sin embargo se me asignó una habitación de 2 camas, alegando que éramos 3 personas. La encargada sostuvo que por ser 3 personas nos correspondían 2 camas, porque gastaría más en lavar la ropa de cama que lo que se me había cobrado. Después de discutir, agregó la cama, una cama individual a nivel del piso, que por cierto, decidí no utilizar. La habitación estaba bien, pero la relación precio- calidad, para mí no corresponde.