Alojamiento con encanto, todo de piedra y madera, con terraza de césped, con habitaciones que, si te gustan en la foto, más te gustarán allí.
Muy buena atencion del dueño y todo el personal, bueno... el Rocky se las traía, aunque se lo perdonamos porque los terrier ya se sabe ; D
Se respira buen ambiente y está a tiro de piedra de Santiago.
Un saludo desde Murcia a Jose y Fátima (los dueños del hotel), cálidos embajadores de la bella terra galega.