Hotel muy bien conectado con el aeropuerto a través de la estación de Termini. Permite caminar por todo el centro histórico sin necesidad de transporte adicional. Habitación de techos altos, limpia, wifi lenta y tv con canales internacionales. Desayuno aceptable, nada especial, pero en la última planta con bonitas vistas. Un tres estrellas justito para lo que estamos acostumbrados en España pero, a buen precio, oro en Roma.