Lo mejor fueron Florencia, Marcos y Emiliano encargados del Hostal. La habitación es amplia y cómoda pero no hay agua caliente y, como los otros hostales de la zona, no tiene TV. Està en la calle principal y a metros de la playa. Hay minimercados y para comer cerca. Lo que no me gustó no tiene que ver con el hostal sino con el lugar: después de las 21 no hay donde ir a tomar ni comer nada. Está en Farallón y no en Playa Blanca.