Hermoso hotel, pésimo servicio.
Desde que llegamos el de Recepción pasó al lado mío y ni un "buenas tardes" ni nada.
El primer día comimos en el Restaurante del Hotel. Llegamos, nos sentamos, pasó el tiempo y nadie nos atendía, hasta que me levanté a decirle a la mesera si nos podía tomar la orden, y se enojó, hizo caras y fue a la mesa.
La habitación cómoda, pero en nuestra segunda noche unos borrachos no nos dejaron dormir, se llamó a Recepción en repetidas ocasiones, pero al final, no los pudieron controlar, y la fiesta se acabó cuando los borrachos se cansaron. No dormimos.
Traté de planchar un vestido y la plancha toda quemada y sucia.