La propiedad está muy conservada y la limpieza es buena, sin embargo el servicio deja mucho que desear, desde el primer día, no tuve agua caliente, apenas salía un poco tibia, pero con una presión exagerada, quise reportarlo a recepción por teléfono, y este no servía. Baje a la recepción para pedir el agua caliente y la recepcionista solo comentó que mandarían a revisar los calentadores, cosa que nunca sucedió, lo mismo que pedí que revisaran mi teléfono en al menos 3 ocasiones, y tampoco lo revisaron, cada que ocupaba algo, tenía que bajar a la recepción. El primer día pedí unas botellas de agua, ya que por cortesía no ponen en las habitaciones, y me dijeron que no podían, ya que el servicio de restaurante solo es en la mañana para desayuno y en ese momento no podían sacar las botellas, así que tuve que salir a comprarlas. Pedí una plancha para ropa y tuve que dejar una identificación a cambio mientras la usaba, cosa que tampoco me pareció correcto. En la madrugada llegó gente gritando y cantando al lobby y las noches que estuve hospedado, no pude dormir por el escándalo. Si me vuelvo a hospedar en este lugar, sería porque no hay más opciones.